VERDADES AMARGAS
Es cubierta de hojas unas verdes otras amarillentas
las próximas marchitas. Los pétalos de tus cabellos
ya no pueden absorber la nieve la lluvia y sobre todo
no puede consumir ni una gota de aire. La sangre aún
herviente cabalga las hojas marchitas las envuelve las cobija
y las susurre porque ve todas ellas están vigilando las
punzadas que todavía tu corazón puede parir.
Se acercan y se alejan vuelos y gritos el sol brillante de
la noche los ahuyenta los arrea y acongojados quieren
esquiar por los arboles.
Se enrollan entre si, sus alas juntan sus cantos y toman
como escudo la brisa de los rayos y truenos e inician el
ataque para acercarte a ti.
Todos y con un solo ojo cautelan la verdad y es dicenno hay
oscuridad ni día para combatir no es un momento de
ubicar lámparas o focos es momento de mesclar nuestras
verdades amargas.
Miren bien grito una vos ronquida fíjense lo que mi lamparita de
carburo los hará sentir.
Miren, miren no son hojas ni muchos menos flores son la
ambición la codicia y el odio vienen vestidas de plata, de cobre
y de zinc.
Están devorando el cuerpo del que los trabaja de aquel que
los ubica en las mejores pieles del humilde que los
hace para decorar los mejores palacios y quieto lentamente va
dejando su arsenal va dejando su verdadero mundo.
Mientras lo abandona se impregna en sus odios las carcajadas
los murmullos los llantos las desesperaciones que nacen al
abordar el vuelo de la jaula y cesan al parir del castillo los
en cada palacio.
La temperatura de su cuerpo va descendiendo el frio lo hace
y cuando más se siente desfallecer ve con mucha paciencia que no
esta solo que esta acompañado en esta travesía por seis almas más y
los ve los abraza con sus llantos os reanima con su respiración pero todo
es en vano todo es inútil porque ellos tienen ya tomando el vuelo de la jaula
para llevar su poderío al Dios de todos.
Es cubierta de hojas unas verdes otras amarillentas
las próximas marchitas. Los pétalos de tus cabellos
ya no pueden absorber la nieve la lluvia y sobre todo
no puede consumir ni una gota de aire. La sangre aún
herviente cabalga las hojas marchitas las envuelve las cobija
y las susurre porque ve todas ellas están vigilando las
punzadas que todavía tu corazón puede parir.
Se acercan y se alejan vuelos y gritos el sol brillante de
la noche los ahuyenta los arrea y acongojados quieren
esquiar por los arboles.
Se enrollan entre si, sus alas juntan sus cantos y toman
como escudo la brisa de los rayos y truenos e inician el
ataque para acercarte a ti.
Todos y con un solo ojo cautelan la verdad y es dicenno hay
oscuridad ni día para combatir no es un momento de
ubicar lámparas o focos es momento de mesclar nuestras
verdades amargas.
Miren bien grito una vos ronquida fíjense lo que mi lamparita de
carburo los hará sentir.
Miren, miren no son hojas ni muchos menos flores son la
ambición la codicia y el odio vienen vestidas de plata, de cobre
y de zinc.
Están devorando el cuerpo del que los trabaja de aquel que
los ubica en las mejores pieles del humilde que los
hace para decorar los mejores palacios y quieto lentamente va
dejando su arsenal va dejando su verdadero mundo.
Mientras lo abandona se impregna en sus odios las carcajadas
los murmullos los llantos las desesperaciones que nacen al
abordar el vuelo de la jaula y cesan al parir del castillo los
en cada palacio.
La temperatura de su cuerpo va descendiendo el frio lo hace
y cuando más se siente desfallecer ve con mucha paciencia que no
esta solo que esta acompañado en esta travesía por seis almas más y
los ve los abraza con sus llantos os reanima con su respiración pero todo
es en vano todo es inútil porque ellos tienen ya tomando el vuelo de la jaula
para llevar su poderío al Dios de todos.
YESA
